sábado, 12 de marzo de 2011

Atasco apetencial

Hace años tuve un compañero que, muy convencido, me dijo un día que estudiar no servía para nada. En aquella época aquello me pareció una herejía digna de castigarse en la hoguera de la Plaza Mayor. Claro que entonces ya no había hogueras y la Plaza Mayor caía un poco lejos del instituto, así que lo arreglé con un giro brusco de cabeza y me largué. 

¡Qué tiempos! Entonces tenía el pelo largo y el culo (más) gordo, una prepotencia típica de adolescente y una curiosidad que no saciaba nadie ni nada. Todo mi interesaba y nada bastaba, lo que se traduce en que mi capacidad de concentración y aprovechamiento del tiempo eran nulos. Pero una hizo lo que pudo. Más o menos como ahora, claro.

Siempre he defendido eso de que "El saber no ocupa lugar" y me parece muy bien y muy bonito que cada uno se dedique a aprender de diferentes formas y maneras en función de sus intereses. Yo es que a vivir le llamo aprender; les aclaro, además, que estudié filología para poder hacer estas cosas sin que me tocaran las narices con los significados. A buen entendedor... Podría decirse que he consagrado mi vida al conocimiento o, mejor dicho, al proceso de adquirirlo de manera reglada. Y es que llevo matriculada en cursos desde los 2 años (y sí, en los veranos también me apuntaba a cosas). Cuando acabé la universidad estaba hasta las narices. Así que me apunté al Master de Profesorado (aka antiguo CAP) para poder presentarme a las oposiciones de Secundaria (=estudiar más). 

No se preocupen, yo tampoco he entendido nunca esta tendencia a la personalidad múltiple contradictoria.

Mis ganas. Todas atascadas
Cuando acabé decidí hacer algo que me gustaba y me metí a otro Máster (esta vez a distancia, que no me pillan tan fácil). Y ahora aquí estoy con los músculos de las manos y los brazos tensos por empezar a escribir,  las piernas con ganas de marcha y la cabeza repasando la lista de ideas que tengo para lo uno, deberes que tengo para lo otro y apetencias propias. Total, que nada se mueve porque no se dejan las unas a las otras. Y es que, si algo he aprendido a lo largo de todo estos años es El saber no ocupa lugar, pero tiempo... ¡una barbaridad!

Y ahora a ver cómo arreglo lo de mis ganas.



Imagen vista en Palabras

3 comentarios:

  1. Al menos tus ganas no son virus como para el señor Burns, supongo que tendrás que nombrar a una TuFavorita y esa tendrá privilegios para entrar por la puerta :)

    Encantada de conocerte, lo del limón, por ahora paso ;) pero gracias.

    Saludines,
    YoMisma

    ResponderEliminar
  2. Vanlat, un placer leerte (aunque me ha costado encontrar el blog activo!!), nos vemos por los blogs :)

    ResponderEliminar
  3. No sabes cómo te entiendo compañera! últimamente ando replanteándome las cosas en las que gasto mi tiempo, dejando las que menos me aportan e intentando no coger más... es complicado.
    Un superabrazo!!
    Isipez

    ResponderEliminar