martes, 31 de mayo de 2011

Aqueras montañas

Recupero trocitos de mí.
Desaturados fragmentos
aplanados por la costumbre,
el quédirán y las naderías del momento.
Mesetas
donde debería haber montañas.
Erosioné superficies con lija
para sobrevivir.
Cúlpame.
Yo no lo hago.
Aprendí mucho y perdí más.
Excusas.
Y ahora aqueras montañas se alzan de nuevo
y sus picos se abren paso desde dentro.
Duele.
Acaso parece que en aquel entonces se abrió la piel y tragó los excesos
sin digestión, ni erosión,
así,
como haces con la comida algunas veces.

viernes, 27 de mayo de 2011

Duele.

Me duele un dedo.
Me duele un dedo tanto que no puedo escribir. Me pincha.
Me pincha mucho. Sobre todo si no lo aprieto. Cuando lo presiono es menos.
Dicen que quiero sentir, dicen que siento.
Cuando a la fiesta se une la muñeca, no hay lugar a dudas. Hazme caso,
en realidad es que echo de menos tenerte cerca.